1 de agosto de 2006

Generaría aumentos en rentabilidad y calidad

Podría maíz GM dotar de autonomía alimentaria a México

Isabel Zavala De la Rosa

De permitirse el cultivo de maíz genéticamente modificado (GM), México podría ser autosuficiente en producción de maíz amarillo y exportador de maíz blanco, contribuyendo así a la autonomía alimentaria de nuestro país, al generarse aumentos en la rentabilidad y calidad, aseguraron productores de Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.
Los empresarios agrícolas señalaron que el cultivo de maíz representa la mitad de la superficie sembrada en nuestro país; sin embargo, México posee uno de los rendimientos promedios más bajos del mundo (2.3 toneladas por hectárea), presentándose disminuciones constantes año tras año.
En este sentido, los productores mexicanos apuntaron que ante la apertura comercial del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el 2008, resulta urgente la adopción de un programa agrícola que tome en cuenta la adopción del maíz GM, pues el país continúa siendo deficitario en la producción de este producto.
Los agricultores se reunieron con el secretario de la Sagarpa, Francisco Mayorga, con el objetivo de demandar que el gobierno mexicano los apoye para que se apruebe, cuanto antes, la siembra experimental de maíz GM, planteada en el Proyecto Maestro de Maíz, en el norte del país, con fecha límite en agosto de 2006, para que no se pierda un año más de producción.
Perfecto Solís, presidente del Sistema-Producto Maíz, manifestó que quienes tienen la responsabilidad de sostener la soberanía alimentaria del país, viven una cruda realidad. “Somos quienes, sin consultarnos, fuimos enfrentados a países muy poderosos. No tenemos las herramientas necesarias para competir, estamos indefensos y queremos dejar esta dependencia a la que hemos estado sometidos”, comentó.
Por su parte, Jaime Enrique Sánchez Ruelas, presidente de la Unión Agrícola Regional del Norte de Tamaulipas, declaró que es injusto que no se les permita elegir libremente entre el uso de maíz GM y maíz convencional, cuando existe el caso de los cultivos modificados de algodón y soya en México, que han logrado un aumento de productividad a partir de la utilización de semillas genéticamente mejoradas.
“Desde 1996 está aprobado el maíz GM para consumo humano en México y sabemos perfectamente que somos un país importador de maíz de Estados Unidos”, expuso. Dichos argumentos les permiten legítimamente demandar las mismas condiciones para promover el cultivo de maíz GM, indicaron los productores; quienes mencionaron que con el cultivo de maíz GM, nuestro país tendría la posibilidad de ampliar sus volúmenes de producción y entrar de lleno a las actuales tendencias tecnológicas mundiales de producir derivados de este cultivo para fármacos, bio-combustibles y plásticos biodegradables.
Melchor Godoy Gaxiola, presidente de Propietarios Rurales de México, afirmó que adicionalmente, al cultivar maíz GM se disminuye drásticamente el uso de insecticidas y pesticidas, reduciéndose costos y generando una mejor conservación ambiental; además, estas semillas son más resistentes a sequías y existe una mejor eficiencia en el uso del nitrógeno del suelo.
“Los materiales GM no afectan la salud humana y beneficiarían al país, pues vienen a situarnos en un plano de mayor competitividad y rentabilidad en nuestra actividad”, agregó.
En cuanto a la controversia que se ha generado sobre la siembra de maíz GM en países considerados como centros de origen de este cultivo (caso de México), Javier Chapa Gutiérrez, presidente de la Asociación Municipal de Propietarios Rurales en la región ribereña de Tamaulipas, recordó que sólo ciertas regiones del país (altiplano y sur) entran en esta categoría. Adicionalmente, subrayó que los estados en los que se llevarán a cabo las pruebas experimentales de maíz GM, es decir, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas, no son considerados centro de origen de este cultivo.
Finalmente, Luis Signoret presidente del Organismo de Agricultores del Sur de Sonora, denunció que los países desarrollados han utilizado los subsidios como arma. “En la medida en que podamos lograr que se disminuyan los subsidios de los países desarrollados para sus campesinos y mejoremos la tecnología de nuestros productores, podremos competir en mejores circunstancias y tener un México con alimentación asegurada”.


TABLA

Producción de maíz

Chihuahua 500 mil toneladas
Sinaloa 4.5 millones de toneladas
Sonora 300 mil toneladas
Tamaulipas 1 millón de toneladas

México importa alrededor de 6 millones de toneladas
Robos de gaseros

Reditúan ganancias de 7 mmdp

Isabel Zavala De la Rosa

Carlos Arce Macías, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), aseguró que existen graves irregularidades en el mercado de gas licuado de petróleo (LP), pues se comercializan kilos incompletos del combustible, lo que representa una desviación de recursos de alrededor de siete mil millones de pesos, es decir, el 10 por ciento del valor total del mercado, que equivale a 70 mil millones de pesos anuales.
Arce Macías indicó que las variaciones de gas LP faltante van desde 400 gramos, cuando la tolerancia es del uno por ciento, es decir, a un tanque de 20 kilos la norma permite que le falten 200 gramos; a uno de 30 kilos, 300 gramos y a uno de 45 kilos, 450 gramos; situación que afecta directamente el bolsillo de los consumidores.
Asimismo, reveló que el 50 por ciento de los tanques que existen en el país (24 millones de cilindros) se encuentran en mal estado, aun cuando faltan sólo cuatro meses para que termine el plazo impuesto a los distribuidores para que sean sustituidos.
La Profeco informó que de enero a junio de 2005, la institución verificó 218 plantas, de las cuales 179 fueron sancionadas, lo que equivale al 82 por ciento de plantas inmovilizadas. Durante el mismo lapso de 2006 se llevaron a cabo 496 verificaciones y se inmovilizaron 272; no obstante, el procurador subrayó que este mercado se sigue considerando “sumamente desordenado”.
En cuanto al nuevo reglamento que se encuentra en análisis por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), Arce Macías explicó que es de gran importancia, pues permitirá sancionar a aquellos malos permisionarios que no cumplan con el consumidor, por lo que servirá para ordenar el mercado. Dicho reglamento prevé la posibilidad de contar con cilindros elaborados con materiales transparentes, los cuales son muy confiables y otorgarían la seguridad a los consumidores de que están recibiendo litros completos del combustible.

Enero a junio de 2005
∑ 287 vehículos verificados en vía pública
∑ 167 inmovilizados
∑ 765 vehículos verificados en planta
∑ 243 inmovilizados
∑ 947 pipas verificadas
∑ 346 inmovilizadas
∑ Profeco impuso 20 clausuras
∑ Monto de sanciones estimadas: 44 mdp

Enero a junio de 2006
∑ 443 vehículos verificados en vía pública
∑ 120 inmovilizados
∑ Mil 658 vehículos verificados en planta
∑ 389 inmovilizados
∑ Mil 248 pipas verificadas
∑ 333 inmovilizadas
∑ Profeco ha impuesto 35 clausuras
∑ Monto de sanciones estimadas: 61 mdp
Expone Profeco a yogures apócrifos

Isabel Zavala De la Rosa

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), realizó un estudio de calidad a 90 marcas de yogures y otros lácteos fermentados nacionales e importados, encontrando que algunos de estos productos se ostentan como yogur sin serlo, ya que no contienen leche ni bacilos.
La Revista del consumidor publicó un artículo en el que indica que el yogur y demás lácteos fermentados se ofrecen en los comercios en diversas formulaciones y presentaciones; dependiendo de su consistencia los hay para beber o batidos (de consistencia sólida). Otras diferencias radican en los tipos y contenidos de grasa, proteínas lácteas y microorganismos vivos que contienen; también difieren en los ingredientes añadidos, pues mientras unos adicionan frutas, mermeladas, cereales o azúcar, otros agregan edulcorantes artificiales no calóricos, y la mayoría usa aditivos como almidón, grenetina y agar, entre otros, que cumplen diversas funciones, como darle mayor consistencia al producto. Todo esto hace que la formulación y aporte nutrimental de las diversas marcas de yogur y demás productos fermentados sean diferentes.
El laboratorio de Profeco aplicó 7 mil 120 pruebas a 65 de productos denominados yogur y 25 correspondientes a otros lácteos fermentados. La institución informó que 17 de los productos analizados que se ostentan como yogur presentaron fallas en su formulación, por ejemplo, no son fermentados a partir de leche y tienen baja acidez, lo cual es un indicativo de que no tuvieron o que fueron insuficientes las bacterias lácticas para hacer la fermentación (por lo tanto no contienen la cantidad mínima de microorganismos benéficos y en algunos casos están ausentes), o que son adicionados con grasa vegetal.
Otro problema detectado en algunos productos que cumplen con los demás requisitos para usar la denominación de yogur, o los demás lácteos fermentados, es que agregan más almidón del permitido. Cabe hacer notar que el exceso de almidón se da a costa de los sólidos de la leche, este aditivo aumenta el contenido de carbohidratos, y por lo tanto, se incrementa el aporte calórico en un producto que muchos consumidores esperan sea bajo en calorías.
Es importante destacar que en todos los casos se estudiaron muestras de lotes diferentes, adquiridos en diversos puntos de venta; se seleccionaron productos que estuvieran en refrigeración dentro de la fecha de caducidad y empaques cerrados que no presentaran deterioro. Cada muestra se sometió a pruebas para calcular la cantidad de bacterias benéficas vivas, contenidos de grasa y proteína, contenido de almidón, acidez y contenido de calcio, información al consumidor, así como la calidad sanitaria.
Según la Revista del consumidor, para asegurar que estos sean productos de calidad, la normatividad actual establece que tanto el yogur como los otros lácteos fermentados deben contener una cantidad mínima de un millón de microorganismos vivos (unidades formadoras de colonia por gramo UFC/g).
Asimismo, indicó que la norma también especifica máximos para la cantidad de ingredientes no lácteos añadidos –que no deben superar el 50 por ciento del producto–. Además, la grasa en el yogur debe ser sólo de leche, pero los demás lácteos fermentados pueden ser adicionados con grasa vegetal.
En cuanto a proteína, el yogur simple o natural debe contener por lo menos el mínimo de proteínas que contiene la leche, es decir, tres por ciento (calculando masa/masa); si es edulcorado debe contener al menos el 2.5 por ciento; y si se le agregan cereales, frutas o vegetales, el mínimo es de 2.2 por ciento.
Los alimentos y productos lácteos naturales deben tener un mínimo de 2.1 por ciento de proteínas provenientes de la leche; 1.8 por ciento si son edulcorados; y 1.6 por ciento en los adicionados con cereales frutas o vegetales. Vale la pena señalar que la normatividad también restringe el uso de algunos aditivos como el almidón, el cual sólo puede ser adicionado para cumplir su función tecnológica en una cantidad máxima de 0.1 por ciento.
Finalmente, el estudio de la Profeco reveló que mientras cuatro marcas de yogur u otros lácteos fermentados tienen desviaciones ligeras, en otras 16 firmas la desviación es considerable. Esto es importante porque hace que el producto sea menos nutritivo, además de no cumplir con la normatividad.