16 de mayo de 2007

A cuatro años de su firma

Califican de imaginarios los resultados del ANC

Isabel Zavala De la Rosa

El presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Cruz López Aguilar, manifestó que a cuatro años de haberse firmado el Acuerdo Nacional para el Campo (ANC), la incertidumbre colectiva aumenta entre los más de 30 millones de mexicanos que conforman la población rural del país, quienes “indefensos”, observan la cercanía del 2008, fecha en que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) abrirá totalmente las fronteras a las importaciones de libres de maíz, frijol, leche y azúcar.
El dirigente afirmó que los resultados del ANC son insuficientes e inaceptables, pues “sólo quedó en el discurso”; de igual forma, criticó los avances del mismo, al sostener que los campesinos no perciben los resultados, y agregó: “su impacto es simplemente reducido o imaginario”.
Subrayó que el mayor retraso se observa en el aspecto internacional, pues se planteó sacar al maíz blanco y al frijol del TLCAN, pues México presenta sobreproducción; no obstante, “siguen importándose grandes volúmenes de esos granos”.
“Además se acordó tratar de constituir un fondo trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, para promover la inversión en la regiones impulsoras de migrantes, con el objetivo de crear empleos dignos, pero nada se ha hecho”, comentó.
Agregó que “mientras los productores agropecuarios estadunidenses recibirán 66.8 por ciento más en apoyos durante los próximos diez años, los productores mexicanos ven con alarma y desencanto cómo las promesas incumplidas rebasan el ámbito de las campañas electorales y pactos como el Acuerdo Nacional para el Campo sólo quedan en los escritorios de la burocracia”.
López Aguilar comentó que para el agro se han dado avances mínimos, “sin una auténtica política de estado, con reformas estructurales, presupuestos multianuales y certeza para el productor”, y advirtió que en caso de no existir una verdadera política de estado para el campo, jamás se podrá competir y seguirá en el rezago.
Finalmente, agregó que reportes de la CNC indican que no se han cumplido los objetivos sociales del ANC, “ni siquiera con el numeral 273, mismo que establece la obligación de promover, en el ámbito de los estados, municipios y regiones, la más amplia participación de organizaciones y productores, pues el avance se reduce a la constitución de consejos, cuyo trabajo y repercusión es totalmente desconocido por los campesinos”.

1 de mayo de 2007

Suculentos tamarindos

En época de calor, a nadie le cae mal un refrescante y delicioso raspado de tamarindo, pero si se va a comer, nada mejor que un agua de tamarindo para disfrutar mejor los platillos.
En México, el tamarindo se consume en diversas formas dentro de la cocina tradicional y de la alta gastronomía mexicana, como el estofado de pollo al tamarindo o pescado aderezado con salsa agridulce de tamarindo, sin olvidar los famosos tamarindos enchilados o dulces. Pero en países como Egipto se consumen los frutos como condimento o lo consumen confitado.
El tamarindo es originario de la India, donde se utiliza para la elaboración de diversos alimentos, incluyendo una especie de cerveza. Probablemente fue gracias a los árabes, quienes conocían el fruto y las semillas, que fue dado a conocer en la Europa de la Edad Media, donde, debido a las propiedades alimenticias de su pulpa agridulce, se convirtió en algo conocido pero exótico; sin embargo, debido a que se trata de un cultivo tropical, no es posible desarrollarlo en Europa, por lo que su plantación se extendió por África, por lo que existen fuentes que citan el origen del tamarindo en la parte tropical de dicho continente.
Los españoles fueron los encargados de traer el tamarindo a América, probablemente al principio de la Colonia; su cultivo se extendió rápidamente a zonas tropicales de nuestro país, especialmente en la vertiente del Pacífico (más seca que la del Golfo) en los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Yucatán. Desde entonces ha sido parte importante de la alimentación tradicional de los pueblos de zonas cálidas y de todo el país.
Este fruto tiene su época de cosecha entre enero y abril, dependiendo de la región y la variedad, ya que no todas maduran a la vez, lo que significa una ventaja para su comercialización.
Se dice que los frutos de cada árbol son diferentes, por lo que en cada comunidad hay árboles consentidos por dar tamarindo más dulces y más sabrosos.
El árbol alcanza hasta 20 metros de altura, logrando cosechar varios kilos de la fruta sin cuidados especiales, representando una importante fuente de ingresos en muchas comunidades. Pero el fruto no es lo único que se aprovecha: debido a la densidad y durabilidad, la madera puede ser utilizada para fabricar muebles y duelas; sus raíces son un abono natural para el suelo, ya que al ser una leguminosa, establece relaciones con bacterias fijadoras de nitrógeno, que aportan este valioso elemento al suelo, y sus hojas procesadas a través de un composteo son muy buenas para proporcionar textura del suelo, además aportan nutrientes para el desarrollo de nuevas cosechas.
Gracias a su contenido de ácido tartárico y cítrico, gran cantidad de vitaminas y un altísimo contenido de fibra, el tamarindo tiene propiedades nutritivas únicas. Asimismo, es un valioso recurso para la industria textil, pues de él se extraen tintes de color negro. Dentro de la medicina tradicional, la pulpa se utiliza como laxante o purgante, en cocimiento contra las fiebres, y la corteza como astringente. Pero no sólo eso, pues se asegura que es efectivo contra el dolor de cabeza, quemaduras de azotadores, resfriados, tos, vómito, hemorroides, llagas, inflamación, hemorragias e hipertensión, además de sus cualidades como fungicida y antihelmíntico e, incluso, como un eficaz remedio contra la resaca.
Ley de Bioenergéticos, alternativa para el desarrollo

Isabel Zavala De la Rosa

La recién aprobada Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos abre grandes expectativas para el país si se acompaña con programas y presupuestos, además de organización por parte de los campesinos, convirtiéndose así en un instrumento para reducir la migración y la pobreza del país, afirmó Héctor Padilla Gutiérrez, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados.
Refiriéndose a los logros obtenidos por los legisladores campesinos en el primer periodo de sesiones de la Cámara de Diputados recién concluido, Héctor Padilla Gutiérrez destacó que la aprobación la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos es de gran importancia para México si se considera que el año pasado fue el país que registró mayor extracción de petróleo.
Según informó el funcionario, esta ley tiene como objetivo la promoción y desarrollo de los bioenergéticos, con el fin de alcanzar la diversificación energética y el desarrollo sustentable como condiciones que permitan garantizar el apoyo al campo mexicano.
“La actividad de producir etanol y biodiesel a través de los desechos de la caña de azúcar, maíz amarillo, remolacha, sorgo dulce, higuerilla, jatropa, desechos animales y de cosechas es fundamental para el desarrollo nacional, ya que en 40 años se reducirá en 60 por ciento la existencia del crudo mexicano”, reveló.
Padilla Gutiérrez enfatizó que además de revertir la falta de rentabilidad, “con el tiempo esto permitirá sustituir el MTBE de la gasolina, elemento que provoca cáncer en los seres humanos y cuyo uso, sólo en las tres ciudades más importantes del país, representa la erogación de cien millones de dólares al año”.
El presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, aseguró que en México ya hay varios estados que tienen definida una política bioenergética, mencionando entre estos a Chiapas, Jalisco, Michoacán, Morelos, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, donde se desarrolla el establecimiento de varias plantas de etanol.
Asimismo, señaló que en el país hay más de cinco millones de hectáreas que están abandonadas por falta de rentabilidad, las cuales podrían ser utilizadas en la producción de bioenergía.
Finalmente, precisó que los campesinos continuarán dándole prioridad a la producción de alimentos, “pero dedicarse a la bioenergía es una alternativa viable para mejorar sus ingresos. Nadie puede asegurar que México no vaya a convertirse en abastecedor de maíz para que Estados Unidos fabrique etanol y nuestro país lo importe; no obstante, apostarle a lo contrario, se basa en una política de desarrollo cien por ciento nacionalista”.