1 de mayo de 2007

Suculentos tamarindos

En época de calor, a nadie le cae mal un refrescante y delicioso raspado de tamarindo, pero si se va a comer, nada mejor que un agua de tamarindo para disfrutar mejor los platillos.
En México, el tamarindo se consume en diversas formas dentro de la cocina tradicional y de la alta gastronomía mexicana, como el estofado de pollo al tamarindo o pescado aderezado con salsa agridulce de tamarindo, sin olvidar los famosos tamarindos enchilados o dulces. Pero en países como Egipto se consumen los frutos como condimento o lo consumen confitado.
El tamarindo es originario de la India, donde se utiliza para la elaboración de diversos alimentos, incluyendo una especie de cerveza. Probablemente fue gracias a los árabes, quienes conocían el fruto y las semillas, que fue dado a conocer en la Europa de la Edad Media, donde, debido a las propiedades alimenticias de su pulpa agridulce, se convirtió en algo conocido pero exótico; sin embargo, debido a que se trata de un cultivo tropical, no es posible desarrollarlo en Europa, por lo que su plantación se extendió por África, por lo que existen fuentes que citan el origen del tamarindo en la parte tropical de dicho continente.
Los españoles fueron los encargados de traer el tamarindo a América, probablemente al principio de la Colonia; su cultivo se extendió rápidamente a zonas tropicales de nuestro país, especialmente en la vertiente del Pacífico (más seca que la del Golfo) en los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Yucatán. Desde entonces ha sido parte importante de la alimentación tradicional de los pueblos de zonas cálidas y de todo el país.
Este fruto tiene su época de cosecha entre enero y abril, dependiendo de la región y la variedad, ya que no todas maduran a la vez, lo que significa una ventaja para su comercialización.
Se dice que los frutos de cada árbol son diferentes, por lo que en cada comunidad hay árboles consentidos por dar tamarindo más dulces y más sabrosos.
El árbol alcanza hasta 20 metros de altura, logrando cosechar varios kilos de la fruta sin cuidados especiales, representando una importante fuente de ingresos en muchas comunidades. Pero el fruto no es lo único que se aprovecha: debido a la densidad y durabilidad, la madera puede ser utilizada para fabricar muebles y duelas; sus raíces son un abono natural para el suelo, ya que al ser una leguminosa, establece relaciones con bacterias fijadoras de nitrógeno, que aportan este valioso elemento al suelo, y sus hojas procesadas a través de un composteo son muy buenas para proporcionar textura del suelo, además aportan nutrientes para el desarrollo de nuevas cosechas.
Gracias a su contenido de ácido tartárico y cítrico, gran cantidad de vitaminas y un altísimo contenido de fibra, el tamarindo tiene propiedades nutritivas únicas. Asimismo, es un valioso recurso para la industria textil, pues de él se extraen tintes de color negro. Dentro de la medicina tradicional, la pulpa se utiliza como laxante o purgante, en cocimiento contra las fiebres, y la corteza como astringente. Pero no sólo eso, pues se asegura que es efectivo contra el dolor de cabeza, quemaduras de azotadores, resfriados, tos, vómito, hemorroides, llagas, inflamación, hemorragias e hipertensión, además de sus cualidades como fungicida y antihelmíntico e, incluso, como un eficaz remedio contra la resaca.

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