1 de mayo de 2007

Ley de Bioenergéticos, alternativa para el desarrollo

Isabel Zavala De la Rosa

La recién aprobada Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos abre grandes expectativas para el país si se acompaña con programas y presupuestos, además de organización por parte de los campesinos, convirtiéndose así en un instrumento para reducir la migración y la pobreza del país, afirmó Héctor Padilla Gutiérrez, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados.
Refiriéndose a los logros obtenidos por los legisladores campesinos en el primer periodo de sesiones de la Cámara de Diputados recién concluido, Héctor Padilla Gutiérrez destacó que la aprobación la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos es de gran importancia para México si se considera que el año pasado fue el país que registró mayor extracción de petróleo.
Según informó el funcionario, esta ley tiene como objetivo la promoción y desarrollo de los bioenergéticos, con el fin de alcanzar la diversificación energética y el desarrollo sustentable como condiciones que permitan garantizar el apoyo al campo mexicano.
“La actividad de producir etanol y biodiesel a través de los desechos de la caña de azúcar, maíz amarillo, remolacha, sorgo dulce, higuerilla, jatropa, desechos animales y de cosechas es fundamental para el desarrollo nacional, ya que en 40 años se reducirá en 60 por ciento la existencia del crudo mexicano”, reveló.
Padilla Gutiérrez enfatizó que además de revertir la falta de rentabilidad, “con el tiempo esto permitirá sustituir el MTBE de la gasolina, elemento que provoca cáncer en los seres humanos y cuyo uso, sólo en las tres ciudades más importantes del país, representa la erogación de cien millones de dólares al año”.
El presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, aseguró que en México ya hay varios estados que tienen definida una política bioenergética, mencionando entre estos a Chiapas, Jalisco, Michoacán, Morelos, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, donde se desarrolla el establecimiento de varias plantas de etanol.
Asimismo, señaló que en el país hay más de cinco millones de hectáreas que están abandonadas por falta de rentabilidad, las cuales podrían ser utilizadas en la producción de bioenergía.
Finalmente, precisó que los campesinos continuarán dándole prioridad a la producción de alimentos, “pero dedicarse a la bioenergía es una alternativa viable para mejorar sus ingresos. Nadie puede asegurar que México no vaya a convertirse en abastecedor de maíz para que Estados Unidos fabrique etanol y nuestro país lo importe; no obstante, apostarle a lo contrario, se basa en una política de desarrollo cien por ciento nacionalista”.

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