Levanto la cara y ando,
con los huesos rotos
sonrío y me pierdo en el pasado,
alzo la mirada y continúo.
Corroída el alma,
la boca anestesiada
y los sueños se han quedado en pausa,
me miro a los ojos y me encuentro cansada.
El silencio se ha vuelto compañero,
inconsciente caigo en el abismo,
perdida en algún recuerdo aparezco
y me encierro el corazón para no buscar encuentro.
Isabel Zavala
14 de agosto de 2007
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