1 de junio de 2007

Biocombustibles ¿solución a la pobreza del campo?

Isabel Zavala De la Rosa

Cuando el campo absorba el concepto generalizado de bioeconomía, el estatus del sector rural en el contexto de la economía nacional será diferente, lo que es absolutamente relevante debido a que el principal problema del campo mexicano es la pobreza, aseguró Miguel Ángel García Paredes, director ejecutivo del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Durante la presentación del Foro Global Agroalimentario 2007, que se llevará a cabo en la Ciudad de México los días 14 y 15 de junio, teniendo como tema principal la bioeconomía, afirmó que si con los actuales métodos, destinos y usos de los productos agropecuarios no se ha logrado una mejora palpable en la economía rural, es primordial conocer si la bioeconomía y los usos alternativos de los productos primarios son factibles en nuestro país, definiendo así a la bioeconomía como una “alternativa para solucionar este problema, mismo que el campo presenta desde las raíces mismas del sector agroalimentario”.
Sin embargo, agregó que si las condiciones se generan (instrumentos fiscales y de gasto público) “en el mejor de los casos, podríamos hablar de una bioeconomía mexicana plena dentro de 5 o 10 años.
Comentó que el 22 por ciento de la población económicamente activa pertenece al sector rural, lo que equivale al 25 por ciento de la población total, y genera alrededor del 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que se traduce en pobreza.
“Juntos, productores, legisladores, ejecutivo federal y ejecutivos estatales, debemos dilucidar si vale la pena o no apostarle a esta tecnología, y si la respuesta es afirmativa, enfocar los instrumentos de los que dispone el gobierno para que los productores puedan hacer un cambio real en los usos de sus productos, rendimientos y patrones de producción”, señaló.
Asimismo, explicó que la generación de biocombustibles no solamente es producir más maíz o caña de azúcar, sino analizar cuáles son las posibilidades reales del mercado de distribuir estos productos y después absorber la oferta. “Claramente se ha mencionado que el etanol puede ser un sustituto de la gasolina si hubiera volúmenes suficientes a precios competitivos, lo cual depende de la estructura de costos de producción, los incentivos fiscales y del gasto público que pueden generar; no obstante, es complicado pasar de una economía de combustibles basada en gasolina a únicamente etanol”.
Finalmente dijo que si la situación continúa como hasta ahora, no serán eludibles los precios a la alza, específicamente en maíz, con las repercusiones que esto contrae para los sectores agrícola, pecuario e industrial.

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