5 de enero de 2006

Muñecas muertas vivientes

Polémicos juguetes para este Día de Reyes

Isabel Zavala

Hoy en día, en el mercado mexicano existen infinidad de juguetes para todo tipo de niños y de cualquier edad; muchos de estos productos seguramente se encontrarán entre las peticiones que harán los niños a los Reyes Magos; sin embargo, entre tanto juguete, encontramos a las denominadas “living dead dolls” (muñecas muertas vivientes), para esos pequeños y pequeñas que les gustan las emociones fuertes.
Dicho producto merece especial mención por la particularidad de que son muñecas y muñecos que muestran las heridas que les causaron la muerte. Así, tenemos muñecas muertas apuñaladas, estranguladas, quemadas, etc., cada una con su propia historia violenta.
Estos juguetes de origen estadunidense, comercializados en 10 países, entre ellos México, provocaron la publicación de un artículo en la Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el cual señala que existen nueve series de muñecas, cada una integrada por seis modelos en promedio, y su costo varía según el modelo.
La revista refiere que estas curiosidades se encuentran en nuestro país desde hace dos años, pero son pocos los lugares en donde se venden, así como los modelos que se ofrecen; sin embargo, en la última mitad del 2005, su comercialización se incrementó.
La idea de Ed Long y Damien Glonek, creadores de las muñecas muertas vivientes que surgen en 1998 como una novedad en las convenciones de terror, provocaron la solicitud a la Secretaría de Economía y a la Profeco, por parte de la senadora Sara Isabel Castellanos Cortés del Partido Verde Ecologista Mexicano, de prohibir la distribución y comercialización masiva e indiscriminada, sobre todo entre niños y adolescentes, de las muñecas que presumen en sus cuerpos las heridas que les provocaron la muerte, debido a que atentan contra los valores básicos de la convivencia humana.
Castellanos Cortés busca exhortar a las autoridades de los tres niveles de gobierno a colaborar con las dependencias responsables de la aplicación de la Ley Federal de Protección al Consumidor para que se inhiba la comercialización de productos mal catalogados como “juguetes”, que exhortan a la violencia y motivan conductas antisociales entre los menores de edad.
Por su parte la revista de la Profeco asegura que la concepción de muerte cambia de acuerdo con la edad. Es así que para los pequeños entre dos y seis años, la muerte es reversible, como ocurre en las caricaturas; para niños de entre siete y 11 años, lo muertos pueden tomar decisiones desde el más allá e influir sobre los vivos y a partir de los 12 años se vive como algo definitivo e irreversible.
En esta temporada, la decisión de comprar o no los curiosos juguetitos, será de los Reyes Magos; serán ellos quienes resuelvan si es conveniente o no regalar a un niño o una niña, que en su carta los solicite, alguno de los modelos de las “living dead dolls”, pues la Revista del Consumidor señala que el especialista en suicidio y profesor del Instituto de Tanatología, Alejandro Águila Tejeda, duda que por sí mismas estas muñecas fomenten algún tipo de necrofilia, mucho menos en los niños, pues su público meta no es el infantil, pero considera que parte de los compradores (adolescentes y adultos) pueden presentar conductas suicidas, sobre todo en un ambiente mortuorio en donde estos juguetes son un elemento más; no obstante, la publicación también revela que en el empaque se señala que su venta es sólo para mayores de 18 años, pero la aclaración se presenta en inglés y sin traducción.

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